¿Qué has estudiado, cuál es tu trabajo actual?
Comencé
estudiando arquitectura, pero me interesaba más conservar los lugares
naturales destinados a los proyectos que construir un nuevo edificio en
ellos. Así que, me cambié al grado en biología de la UPV/EHU, en el que
me especialicé en biología celular, molecular y genética. Pensando en
una futura carrera investigadora, continué con un máster en
investigación biomédica en la Universidad Pompeu Fabra, una tesis
doctoral enfocada en la biología molecular del cáncer (UPV/EHU), y una
estancia postdoctoral en el IIS Biogipuzkoa.
Actualmente
trabajo como investigadora en el área de biotecnología de Gaiker. Me
encargo principalmente de la coordinación técnica de proyectos en los
ámbitos de modificación genética (CRISPR), secuenciación masiva
(metagenómica) y cultivos celulares (eficacia de compuestos).
¿Nos puedes contar tu experiencia personal como mujer de
ciencias? ¿Los logros que has conseguido y si has encontrado obstáculos
en el camino? Tanto
durante la etapa como estudiante de biología como durante la etapa de
investigación como doctoranda, han existido muchos momentos o
situaciones en las que he tenido la sensación de que mi trabajo no iba a
ser suficiente. Mi directora de tesis, que ha tutelado a muchos
estudiantes y que por tanto tiene una amplia perspectiva, me transmitió
que es una sensación que invade en una mayor proporción a las mujeres.
Esa falta de seguridad o síndrome del impostor puede tener consecuencias
negativas, como el abandono de nuestros objetivos. Pero también puede
impulsarnos a realizar un trabajo más concienzudo y exhaustivo. En mi
caso, conseguí terminar mis estudios como mejor expediente de la
promoción y conseguir el primer premio nacional de fin de carrera, así
como poder dedicarme a la investigación científica en un centro de
tecnológico al lado de casa.
¿Qué consejos darías a las nuevas generaciones femeninas?
Principalmente,
que tengan confianza en ellas mismas. Que no rebajen sus objetivos por
miedo a no llegar a ellos. En ocasiones, la falta de confianza,
adquirida por vivir una sociedad que lanza ciertos mensajes o por falta
de referentes, es la que auto-boicotea nuestra progresión. Hay que
apuntar alto, sin dejarnos alienar por ideas preconcebidas de lo que
podemos o no podemos llegar a hacer.
La
mujer y niña en la Ciencia y Tecnología ¿qué crees que hay que fomentar?
Al
igual que en el resto de los ámbitos, el papel de la mujer en la
ciencia es fundamental, ya que trabajamos y construimos el mundo desde
un prisma particular, ni mejor ni peor, sino diferente y necesario para
avanzar hacia una sociedad más justa y equilibrada.