Tras los avances conseguidos en la primera fase del proyecto ONTZHI, se ha presentado en Zamudio, la segunda fase de esta iniciativa: ONTZHI-II. Su objetivo es impulsar el desarrollo de tecnologías innovadoras que permitan almacenar y transportar hidrógeno de manera segura, sostenible y competitiva, un paso imprescindible en la transición hacia una economía descarbonizada.
El proyecto, en el que participa el Centro Tecnológico GAIKER, miembro de Basque Research & Technology Alliance (BRTA), se centra en dar respuesta a uno de los grandes retos estratégicos de la transición energética: desplegar infraestructuras que garanticen un manejo seguro y eficiente del hidrógeno, considerado un vector energético clave para reducir emisiones y avanzar en la neutralidad climática.
ONTZHI-II está financiado por SPRI, a través del programa Elkartek, con un presupuesto global que permitirá desarrollar sus trabajos entre 2025 y 2027. Durante este periodo, se prevé alcanzar hitos clave como la validación de recubrimientos avanzados, la construcción de demostradores a escala laboratorio y el desarrollo de un modelo computacional predictivo que facilite la transferencia de resultados al sector industrial.
Aunque el hidrógeno ofrece un enorme potencial como fuente de energía limpia, también plantea desafíos que hoy limitan su despliegue. Entre ellos, la fragilización del acero y las soldaduras en gasoductos y tanques, la falta de conocimiento profundo sobre la interacción del hidrógeno con diferentes materiales, la permeación y fugas en los sistemas de almacenamiento, o la necesidad de contar con tanques de materiales compuestos que sean a la vez competitivos y sostenibles.
Para superar estas barreras, ONTZHI-II investigará nuevas soluciones como:
• Recubrimientos avanzados en metales para evitar la fragilización y reducir fugas.
• Desarrollo de materiales compuestos sostenibles y reciclables para aplicaciones de movilidad.
• Métodos de modelado y caracterización capaces de predecir la interacción del hidrógeno con los materiales.
Este proyecto prevé además la construcción de dos demostradores a escala laboratorio: un recubrimiento barrera frente a la permeación de hidrógeno y un tanque tipo IV fabricado con materiales compuestos sostenibles, orientado a la movilidad y diseñado para su reutilización.
Un consorcio de referencia
ONTZHI-II reúne a un consorcio formado por cinco socios estratégicos: Tecnalia, que lidera la iniciativa, junto con el Clúster de Movilidad y Logística de Euskadi, GAIKER, Cidetec, Tekniker y Multiverse Computing. La colaboración entre estas entidades combina capacidades punteras en investigación, industria, fabricación avanzada y computación, lo que permitirá abordar los principales desafíos tecnológicos del hidrógeno.
La labor de GAIKER
GAIKER, dentro de este proyecto, se centra en la investigación de resinas termoplásticas o biobasadas reactivas para su aplicación tanto en los revestimientos interiores como en las envolventes de los depósitos de composite destinados al almacenamiento de hidrógeno en estado gaseoso para aplicaciones en movilidad. A través de la investigación con tecnologías de impresión 3D, RTM y encintado, el centro tecnológico orientará sus esfuerzos al desarrollo de estructuras huecas adaptables al espacio disponible y a que, además, faciliten su fin de vida y reciclado mediante el empleo de materiales de la misma naturaleza en toda la estructura de los depósitos.
Euskadi, territorio estratégico para el hidrógeno
La elección de Euskadi como sede de ONTZHI-II no es casual. El territorio cuenta con un tejido industrial sólido, una infraestructura científica y tecnológica de primer nivel y una estrategia energética comprometida con la descarbonización. Estos factores convierten a la región en un entorno privilegiado para desarrollar y escalar soluciones vinculadas al hidrógeno, impulsando además la competitividad de sus empresas en un mercado global en expansión. Con la puesta en marcha de ONTZHI-II, Euskadi refuerza su posición en la creación de un ecosistema tecnológico líder en hidrógeno. El proyecto contribuirá a ofrecer soluciones más seguras para infraestructuras críticas, más sostenibles gracias a procesos de reciclaje y reutilización de materiales, y más competitivas al favorecer la industrialización y el posicionamiento de empresas locales en la cadena de valor del hidrógeno.