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Presidenta del Clúster de Biociencias vasco, Basque Bioscience Cluster, María Luisa Lucero es también Directora de I+D+i de Faes Farma, S.A. Esta farmacéutica vasca -presente hoy día en 45 países y miembro de la Fundación GAIKER- es desde su creación en el año 1933 una empresa con una marcada vocación innovadora, con un presupuesto en I+D+i para el ejercicio 2010 superior a los 12 millones de euros.
María Luisa Lucero es Titulada en Ingeniería Técnica Industrial en la Especialidad de Control de Procesos e Instalaciones Químicas por la Escuela de Ingeniería Técnica Industrial de Madrid y Licenciada en Farmacia con grado por la Universidad Complutense de Madrid. |
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El sector de las biociencias en Euskadi gana impulso cada año que pasa y el clúster que usted preside agrupa ya a más de 25 empresas, ¿hay perspectivas de crecimiento sectorial dada la coyuntura actual?, ¿cómo se prevé el futuro inmediato?
El grupo de empresas que estamos asociadas en este clúster es bastante diverso pero con un claro nexo de unión: la gestión del conocimiento en las diferentes áreas de las ciencias biológicas para conseguir un beneficio económico a partir de un desarrollo industrial. Accedemos a diferentes mercados tales como el farmacéutico y terapéutico, dispositivos médicos y equipos de fabricación, laboratorios de ensayos médicos y farmacológicos, agroalimentario, biotecnológico, biomateriales y bioinformática, entre otros.
En un horizonte temporal inferior a 5 años, muchas de estas tecnologías que estamos desarrollando e introduciendo en el mercado serán una realidad que impregnará nuestra vida diaria. Por lo tanto, y pensando en el carácter multisectorial de nuestras aplicaciones conjuntamente con el apellido “emergente”, me lleva a pensar y confiar en un crecimiento importante en su conjunto.
No obstante, sí tenemos en cuenta individualmente algún mercado como el farmacéutico/terapéutico donde existen grandes limitaciones al reembolso de la I+D tras la reforma de precios y la política sanitaria establecida este año, deberíamos ser más cautos al pronosticar un crecimiento en un futuro inmediato ya que puede requerir abrir nuevas líneas de negocio.
Por último, dado que la salida de la crisis económica global que venimos padeciendo no se vislumbra por el momento, esto me hace pensar en que el ritmo de crecimiento será ralentizado en el próximo año, aunque durante el 2013 se vea acelerado con un asentamiento en los mercados internos y sobre todo externos, en los que debemos concentrar nuestros esfuerzos.
¿Y cuáles diría que son las claves de la eclosión biotecnológica que ha experimentado nuestro tejido empresarial en los últimos años?
Creo que las razones pueden agruparse en los siguientes puntos:
- La biotecnología era y es un sector estratégico en el mundo desde hace ya algo más de una década
- Nuestra principal industria tradicional en Euskadi sufrió un importante descenso y/ cambio
- Disponíamos de un tremendo potencial humano perfectamente cualificado
- Y por último y no menos importante, la apuesta del Gobierno Vasco, que en 2001 diseñó la Estrategia BioBasque 2010 contribuyendo de forma notable a la creación de un nuevo sector empresarial relacionado con las biociencias.
El sector está constituido actualmente por más de 70 empresas, de las cuales el clúster que presido representa a 27 de ellas. Nos hemos marcado un objetivo igualmente de crecimiento paulatino con la incorporación del resto de las empresas a fin de representar el tejido empresarial en su conjunto.
Con porcentajes de dedicación a la I+D+i cercanos al 20 por parte de las empresas biotecnológicas vascas, ¿por qué motivos se trata según su opinión de un sector más sensible a la innovación que otros?
Atendiendo a las claves en la creación del sector y a los mercados en los que realiza su actividad económica, se puede entender de forma clara el porqué de la necesidad de innovación constante. Es un sector que requiere reinventarse casi a diario, renovando el conocimiento y aplicándolo en sus ofertas de servicios o productos. La competitividad de nuestras empresas depende de lo que seamos capaces de innovar y de que lo hagamos en el plazo de tiempo adecuado.
¿Qué papel considera que deberían jugar los Centros Tecnológicos dedicados a la I+D+i en biotecnología de cara a mejorar la competitividad de las empresas del sector?
Los Centros Tecnológicos desempeñan un doble papel: generando conocimiento en su faceta de desarrollo tecnológico y, por otro, colaborando con el tejido empresarial en la aplicación de este conocimiento adecuado a sus necesidades de innovación. Los CTs actúan mediante la realización de proyectos de I+D+i o con la prestación de servicios tecnológicos de alto valor añadido.
Las empresas y los centros tecnológicos tenemos distintas “agendas” (funciones, financiación, etc.), pero deberemos alinearlas para conseguir los mismos objetivos. La cooperación de los CT no puede quedarse, a mi entender, en una mera oferta de servicios sino que debe aspirar a innovar en procesos tecnológicos que requiera la industria para dar mayor valor a ésta y en definitiva aumentar su competitividad. Esto conlleva un camino donde el conocimiento mutuo es imprescindible para conseguirlo.
Si además tenemos en cuenta que muchas de las empresas biotecnológicas son Pymes, la necesidad de aumentar su capacidad tecnológica es mayor por lo que auguro un papel importante de los CTs en el sector industrial de biociencias, en un futuro a corto (continuando con el camino ya recorrido en varias de nuestras empresas), medio y largo plazo.
¿Cómo imagina nuestro entramado empresarial de aquí a 20 años? ¿Nos ve abandonando sectores tradicionales y con una primacía de sectores hoy día punteros o emergentes?
La industria tradicional presenta dificultades de crecimiento y por ello va a cambiar en un futuro con industrias más tecnificadas, aportando mayor flexibilidad para trasladar sus modelos de negocio y para adaptarse a un modelo continuo de renovación. Todo esto llevará a que parte de esa industria tradicional pase a desarrollar la actividad en sectores llamados emergentes pero con menor capacidad de contratación en términos de grandes plantillas.
Los sectores tradicionales, desde mi punto de vista, deben actuar de motor del cambio y facilitar la tecnología y los equipamientos adecuados para el crecimiento de los sectores emergentes, y así será ya que van a formar parte de ellos.
Hoy en día, el mundo industrial y de negocios es plano, como viene comprobándose a diario: una compañía puede tener su sede en un país, oficinas comerciales en otro y la producción subcontratada en países donde ésta es más barata (actualmente India y China entre otros). Como consecuencia, la capacidad de internacionalización va a ser fundamental para este sector y su primer objetivo. Por otro lado, hay que focalizar el tema de los sectores llamados emergentes, en los que existen grandes retos científicos y aunque existan problemas de financiación, tanto las empresas como la sociedad en su conjunto debe entender su necesidad. Para ello, a mi juicio la inversión en I+D+i es imprescindible para una mejor calidad de vida tanto en los aspectos de salud, alimentación, ocio, etc. Esto llevará en definitiva a conseguir la ansiada economía sostenible con un tejido empresarial fuerte en los sectores que lo requieran, ya sean “tradicionales” o “emergentes” llegando a una única denominación de los mercados.