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El próximo mes de enero se cumplirán dos años desde que la vizcaína Ana Agirre fuera nombrada Consejera del Departamento de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno Vasco. Licenciada en Derecho por la Universidad de Deusto con el Gobierno Vasco, su vinculación con este ejecutivo se remonta al inicio de su carrera profesional hace 25 años.
En 1999, Ana Agirre fue nombrada Viceconsejera del Departamento que ahora dirige, actividad que complementó con la Vicepresidencia de Naturcorp Multiservicios, la participación en el Comité Dirección del Ente Vasco de la Energía (EVE) y en los Consejos de Administración de la Sociedad para la Promoción y Reconversión Industrial (SPRI) y la Autoridad Portuaria de Bilbao.
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¿Considera suficiente la inversión en I+D de la Administración?¿Y la de las empresas?
Desde luego que no. Ni la una ni la otra, porque estamos lejos de los niveles, no ya de los mejores, sino también de economías que tienen nuestro nivel de renta y productividad. La cuestión naturalmente es ver el ritmo al que podemos forzar su crecimiento para lograr la convergencia con la Unión Europea. En nuestra opinión una regla de convergencia válida para un horizonte 2010 supone un crecimiento del esfuerzo del orden de tres veces el del PIB nominal. Esta es una referencia a la que deben tender las políticas públicas; y no puedo ocultar no sólo que se trata de un objetivo muy exigente para la administración sino muy difícil de seguir para el sector privado. Es un reto enorme, pero debemos intentarlo.
¿Qué papel juega la política fiscal en la política de innovación?
Puede ser importante, pero la verdad es que hasta el momento no se ha aprovechado todo su potencial, especialmente en las Pymes innovadoras y de reciente creación. Hay que revisar el modelo e incidir en una cuestión clave que es la calificación de los proyectos de I+D que otorgue seguridad y agilidad a los trámites ante la administración tributaria. En nuestro caso, creemos que la nueva Agencia de Innovación puede desempeñar un papel clave a este respecto.
¿Cómo valora la evolución de los Centros Tecnológicos vascos y su aportación a la innovación y la competitividad de la industria vasca?
Los Centros Tecnológicos han sido y son un elemento troncal del sistema vasco de innovación. Su crecimiento y desarrollo ha representado un factor diferencial de nuestro sistema y un aporte de primer orden a la competitividad de las empresas, porque sus capacidades tecnológicas suponen verdaderos costes hundidos que otorgan una ventaja competitiva indudable a la empresa que cabe utilizarlos. No obstante, creo que siendo una historia de éxito, como ocurre a otras instituciones, a día de hoy precisan de un nuevo impulso que ponga el acento no ya en el desarrollo de la oferta por sí misma, sino en su mayor ligazón con las necesidades de la demanda. Queremos impulsar una innovación orientada a resultados, es decir, al mercado, y para ello debemos explotar al máximo las capacidades latentes de la oferta tecnológica para el desarrollo de productos de la mano de las empresas.
¿Cuál diría que es el principal logro en lo que se refiere a innovación en lo que lleva al frente del Departamento de Industria, Comercio y Turismo?
Los logros se hacen visibles en un momento concreto pero en realidad son casi siempre el resultado de la persistencia de políticas en el medio y largo plazo. Si tengo que destacar algún logro especial reciente señalaría la consolidación de la estrategia Biobask y la emergencia de un sector de biotecnología y, en general, la apuesta por los Centros de Investigación Cooperativa como nodos de creación de sectores emergentes.
¿Y el principal desafío al que se enfrenta para cumplir con la visión de Euskadi para 2015 recogida en el Plan de Competitividad?
"Un país de alta productividad que compite a través de las personas" es sinónimo de una economía de conocimiento fuertemente innovadora. Ya he comentado algo de cómo estamos en términos de esfuerzo, y si tendemos a resultados y, en general, a un indicador sintético de innovación vemos que aún nos queda más camino por recorrer: tenemos que hacer dela innovación una realidad en todas las empresas y en el medio social, pues nadie innova en un contexto de aislamiento. Para hacer visible la consecución de ese reto, en el Plan se ha fijado como objetivos lograr la convergencia en esfuerzo y en el indicador sintético europeo de innovación.
¿Cómo valora nuestra posición actual frente a resto de comunidades del Estado?¿Y frente a Europa?
En el ámbito del Estado estamos en el selecto grupo de cabeza con Navarra y Madrid. Pero entiendo que cada vez más las comparaciones relevantes son las referentes a Europa, de ahí el objetivo de doble convergencia en esfuerzo e innovación. E, incluso más, creo que no tiene sentido detenernos en los estados europeos sino que debemos empezar a escudriñar el más de un centenar y medio de regiones europeas que tienen registros de productividad e innovación mejores que los nuestros, con el doble objetivo de contar con una comparación más realista y de buscar y encontrar elementos que nos puedan guiar en la mejora de nuestro sistema de innovación.