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Pilar Kaltzada, rostro popular en el ámbito de la comunicación científica de Euskadi, es la actual Directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de IDE (Informática de Euskadi). Licenciada en Ciencias de la Información, su trayectoria profesional se inició en la radio y televisión, desde donde recaló en Elhuyar, como responsable de la Unidad de Divulgación. Ha sido Directora de Comunicación de diferentes organismos, como la Universidad Vasca de Verano (UEU), el Consejo de Entidades Sociales del Euskara (Euskararen Gizarte Erakundeen Kontseilua) o Innobasque, Agencia Vasca de la Innovación, y trabajado como Consultora en Comunicación Estratégica, RSE, Innovación y Social Media.
Colaboradora en medios de comunicación como Deia, EITB, o El Periódico de Bilbao, entre otros, en 2011 Pilar Kaltzada ha pasado a formar parte del recientemente constituido Comité Estratégico de la Alianza IK4, donde aportará toda su experiencia en el ámbito de la asesoría y consultoría en Comunicación e Imagen Corporativas.
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Tanto por su vinculación con la divulgación desde Elhuyar, como por su ligazón con la innovación desde entidades como Innobasque, su trayectoria ha estado muy ligada a la comunicación de temas científicos e innovadores ¿cómo nos ve a los Centros Tecnológicos en esta materia?
Veo a los Centros Tecnológicos en particular, y a los agentes del Sistema CTI vasco en general como una pieza clave en el desarrollo de una sociedad avanzada, cohesionada y competitiva. El conocimiento directo de vuestro trabajo y de los excelentes profesionales de los centros me ayuda a tener una visión que, lamentablemente, no está tan generalizada como creo que sería necesario. Todavía no hemos dado con la clave que agilice la transmisión entre los agentes CTI de Euskadi y las empresas y la sociedad. Tenemos una asignatura pendiente en la que deberíamos aplicarnos a fondo.
Con todo, creo que es necesario reivindicar el esfuerzo de socialización que hacen los Centros, junto con el resto de los agentes, para trasladar a la sociedad su contribución, porque en dema-siadas ocasiones, el mensaje que se lanza desde distintos lugares es exactamente el contrario. Existe un déficit de conocimiento, es cierto, como también lo es que son los agentes CTI quienes más están trabajando para superar esa brecha.
Por desgracia, no siempre somos muy comprensivos con este esfuerzo, y solemos cargar las tintas en el sentido contrario, achacando una falta de interés por la socialización que, desde mi experiencia, creo que no corresponde poner en el “debe” de los centros.
Desconozco la inversión real que cada agente hace en materia de comunicación, pero creo que no me equivocaré demasiado si digo que será una inversión alta a la que, entre todos, debemos aplicar fórmulas más eficientes para conseguir mejores resultados. Yo soy razonablemente optimista en este campo: creo que existe un consenso importante sobre la aportación del Sistema a la sociedad, y que ésta valora la labor que se realiza, y me alegra comprobar que se van creando estructuras cooperativas para relanzar la imagen y reputación de un tejido imprescindible para nuestro futuro.
Todos los agentes del Sistema son conscientes de esta necesidad, y muy especialmente los Centros como GAIKER-IK4, que se caracterizan, precisa-mente, por estar muy cerca del tejido productivo vasco, por su “empatía” con las necesidades de la empresa.
El grado de desarrollo tecnológico que hemos alcan-zado precisa de un apoyo social, empresarial e institucional sin fisuras, y un paso fundamental para lograrlo es concienciar a la sociedad de esta necesidad. Es un trabajo que exige estrategia y mucha tenacidad. Invertir tiempo y recursos para que se conozca y reconozca la aportación económica, intelectual y social que los agentes estáis haciendo es una labor que, a la larga, garantiza que las apuestas estratégicas de este País sean sostenibles.
Si Euskadi quiere consolidarse como polo de referencia entre las sociedades del conocimiento, tiene que apostar por alimentar su propia cantera, por generar adhesión y comprensión.
Parece una tarea inabarcable para un solo centro como el nuestro ¿A quién corresponde esta labor? ¿Cómo podemos contribuir cada uno de los agentes?
Centros como GAIKER-IK4 están avanzando en este sentido, tanto con medios propios como a través de plataformas cooperativas, como la Alianza IK4, que precisamente está trabajando en profundizar en su estrategia de posicionamiento en materia de comunicación, conexión con el tejido, reputación y referencialidad. Los próximos meses, el Comité Estratégico de IK4 va a desarrollar un trabajo específico en este sentido, y tengo el honor de participar en la Comisión que, para finales de año, presentará una ponencia con el objetivo de asentar las bases de su actuación en materia de comunicación y conexión con la sociedad para los próximos años. La plataforma de IK4 es un excelente ejemplo de sinergias en todos los ámbitos; las sinergias y potencialidades tecnológicas están fuera de toda duda, y tal vez éste sea el momento oportuno para aplicar esta misma lógica al campo de la socialización, tanto de los resultados como de las contribuciones de los Centros que se han unido solidariamente en esta Alianza.
Me alegra comprobar que se va interiorizando que una estrategia de comunicación bien orientada es una ventaja competitiva como catalizadora de reputación, penetración en el mercado y generadora de adhesiones. Euskadi luce en el mundo una marca de calidad, de prestigio empresarial, de hacer las cosas bien, pero todavía no hemos incorporado a nuestros atributos de marca las capacidades científico-tecnológicas. Los Centros están llamados a ser los embajadores de esta estrategia, y creo que además, beneficiará a sus propias dinámicas de posicionamiento interno y externo. Y no están solos: el tejido del Sistema, sus agrupaciones, con las instituciones públicas a la cabeza (Departamentos de Industria y Educación muy especialmente), están impulsando dinámi-cas que apoyan esta estrategia y que confío en ver desarrollándose más pronto que tarde.
Cada vez se asume más la importancia de comunicar desde la empresa ¿Diría que esta necesidad se entiende lo suficiente o que es un campo que debiera potenciarse en el seno de las empresas?
Vamos haciendo camino al andar. El cambio que se ha experimentado en los últimos años es realmente impresionante. Hemos pasado de ser opacos ante la sociedad a abrir nuestras puertas, y esta transformación es cultural, se enmarca en la esencia de las organizaciones. Los nuevos modelos de gestión ponen el acento en las aportaciones de las personas que forman las organizaciones, y las relaciones humanas son, esencialmente, ejercicios de comunicación. Creo que todavía persiste una visión excesivamente instrumentalista de la comunicación, al servicio de la venta, y unidireccional, pero se va superando rápidamente, gracias a la incorporación de visiones más ambiciosas y de excelentes profesionales.
Hoy en día, comunicar no es una alternativa, sino una necesidad. Hacia el exterior, porque el posicionamiento en el mercado depende cada vez más de un valor que hemos considerado siempre como intangible, y que ya forma parte del ROI de la empresa en términos de reputación y responsabilidad con el entorno. Y hacia el interior de las organizaciones, porque hemos descubierto que la transparencia es requisito sine qua non para generar adhesión hacia el proyecto profesional, compromiso y liderazgo. La comunicación facilita que las personas se alineen con la estrategia de la compañía y ésta se ve reforzada con la participación. En mi opinión, las empresas que apuesten por la coherencia, honestidad y transparencia informativa verán en breve que este comportamiento es una ventaja competitiva fundamental.
¿En qué otros ámbitos opina que podríamos promover más la innovación?
Creo que debemos ir abriendo nuevos campos con decisión para atender, desde la innovación, la ciencia y la tecnología las nuevas demandas sociales y empresariales que tenemos por delante. Necesitamos fijar nuestras prioridades estratégicas y atenderlas con constancia. Las apuestas de diversificación nos deben ayudar a ir abriendo esos caminos, pero no debemos abandonar terrenos en los que tradicionalmente hemos demostrado capacidad para generar valor. Una de las claves del éxito de la economía vasca, es decir, de la sociedad vasca, ha sido su apuesta contundente por la industria, y a la larga, podemos decir que el resultado ha sido inmejorable. Incluso en la situación actual de cambio intenso en los modelos productivo, en las orientaciones de negocio y con la crisis de mercados muy maduros , nuestra posición, comparativamente, es mejor que la de economías de nuestro entorno. La relación entre inversión en I+D+i y el PIB de nuestro territorio es un indicador que no debemos perder de vista: queda demostrado que a más inversión en conocimiento y aplicación, se genera mayor riqueza.
Debemos seguir consolidando esta orientación, que además es compatible con inversiones de diversificación en otros ámbitos. Emergen con fuerza necesidades vinculadas a la sostenibilidad del medio ambiente, al concepto “Smart” y el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan la gestión inteligente de recursos que, como sabemos, son finitos. El envejecimiento de la sociedad, los requerimientos en ámbitos como la participación ciudadana, modelos de innovación abierta aplicados a retos compartidos por toda la sociedad: desarrollo de nuevas capacidades personales para convertir en oportunidad la multiculturalidad y su complementariedad hacia la cultura propia, las demanda de atención social, la igualdad real entre mujeres y hombres, etc. Y además de todas estas, quiero citar de manera específica la Educación en un contexto en el que el conocimiento es la clave competitiva del futuro.